La vibrante fruta del dragón, o pitaya como se la conoce tradicionalmente, es un testimonio de la brillantez de la Madre Naturaleza. Es un miembro delicioso y nutritivo de la familia de los cactus y prospera en climas templados de invierno, donde las temperaturas no bajan de los 40° F. El sueño de cultivarla ha rondado nuestras mentes durante años, pero la necesidad de un soporte resistente como un enrejado planteó un desafío debido a las limitaciones de espacio. Sin embargo, un encuentro fortuito con una planta de fruta del dragón que se expande rápidamente lo cambió todo recientemente, lo que provocó una necesidad irresistible de tomar algunos esquejes.
Propagación de la fruta del dragón paso a paso
1. El arte de recortar
A diferencia de otras plantas, la pitaya presenta un proceso de propagación sencillo. Pero, como en toda la jardinería, hay matices que entender:
Crecimiento segmentado : Cabe destacar que la fruta del dragón crece en segmentos distintos, lo que hace que sea sencillo elegir un lugar de corte en el punto de estrechamiento de un segmento.
Optimización del crecimiento de las raíces : las raíces nuevas tienen dificultades para brotar de los extremos delgados y leñosos de los segmentos. Para solucionarlo, corte el extremo y deje expuesta una superficie más amplia de la parte más blanda de la planta.
Precisión en el corte : Procure que el corte sea uniforme y prolijo en todos los sentidos. Retire y deseche aproximadamente 1 o 2 pulgadas de la base de cada segmento para garantizar un crecimiento óptimo.
2. Preparando la olla perfecta
Contrariamente a la creencia popular de que los cactus son exclusivos de la tierra “mixta para cactus” con abundante arena, la pitaya muestra preferencia por la tierra para macetas tradicional. Sin embargo, para obtener mejores resultados:
Enriquecimiento del suelo : considere enriquecer el suelo con arena o perlita adicionales para garantizar una mejor aireación. De todos modos, cualquier mezcla de tierra arenosa y arcillosa sería suficiente.
Dimensiones de la maceta : si bien la sabiduría convencional recomienda que los esquejes midan entre 5 y 6 pulgadas, nos atrevimos a experimentar con un par de esquejes más largos y algunos más cortos de 3 pulgadas, uno de los cuales ya mostraba la formación inicial de raíces. Las próximas semanas revelarán qué tamaño prevalece.
3. Proceso de plantación
Creación de una cuna : taladre un agujero central en la maceta, lo suficientemente profundo como para acomodar de 5 a 7,5 cm del esqueje.
Asentamiento estable : después de colocar el esqueje, vuelva a rellenar la tierra a su alrededor, presionando ligeramente para asegurar la estabilidad del esqueje.
4. Saciando su sed
Aunque son cactus, estas plantas juveniles requieren humedad para prosperar:
Riego equilibrado : asegúrese de que el suelo esté húmedo, pero no empapado. La pitaya, al pertenecer a la familia de los cactus, no tolera condiciones de encharcamiento.
Precaución : la clave está en la moderación. Hidrata, pero evita encharcar las plantas.
5. Posición y paciencia
Comienzo protegido : al principio, mantenga los esquejes en un lugar parcialmente sombreado. Esto minimiza el estrés y ayuda al establecimiento de las raíces.
Indicadores de crecimiento : Un aumento en el crecimiento de una nueva planta en la parte superior suele ser el primer signo de una formación exitosa de raíces.
Conclusión: mirando hacia adelante
Una vez que las plantas han echado raíces con éxito, el siguiente paso es trasladarlas a macetas más espaciosas, idealmente junto a una estructura de apoyo como una pared con un enrejado. Encontrar el lugar perfecto es una tarea para otro día. Pero si hay algo que esta experiencia reafirma es que un jardinero apasionado a menudo adquiere plantas, ¡incluso cuando el destino final sigue siendo incierto!